Simplemente es tu ídolo.

Un ídolo es algo que quien no lo tiene no entenderá jamás.
Un ídolo se convierte en una de las principales razones para vivir. Sabes que no te conoce, que quizás ni si quiera sepa de tu existencia y aun así te sientes especial cuando habla sobre sus fans, porque sabes que tú estas en ese grupo y que eres de los mejores fans que puede tener.
Odias a cada persona que lo insulta y le tomas manía a todo aquel que dice ser su fan solo por moda.
Tu sueño es conocerlo, darle las gracias por todo lo que significa para ti y abrazarlo. Sabes que entonces serás feliz.
Sus palabras te transmiten un conjunto de sensaciones inolvidables. Cada detalle suyo te gusta más que el anterior; sabes todo sobre él y deseas su felicidad por encima de otras muchas cosas.
Te hace llorar y reir, soñar.
Sabes que mucha gente no verá normal ese sentimiento tan fuerte hacia una persona a la que no conoces en persona, puede que digan que es locura, obsesión... Pero ¿y qué más da? Tú sientes como si lo conocieras de toda la vida. No lo tienes al lado pero te ayuda más que muchas personas de tu alrededor, es algo tan grande, que por mucho que quisieras no podrías alcanzar a describir.

Tu ídolo se convierte en algo más que un apoyo, consigue hacerte sonreir cuando todo va mal y es capaz de convertir un día malo en uno bueno.
Tu ídolo es la luz en la oscuridad, la luz en los días de sombras. Quizás también la sombra en los días en los que hay demasiada luz. Es tu complemento, ese ingrediente que buscas en muchos momentos y que siempre encuentras con él.
Tu ídolo es quien siempre está ahí para alegrarte cuando nadie más lo está.
Tu ídolo es esa medicina efectiva que en los días grises te ayuda y te mejora los días rosas.
Es quien siempre te apoya, en las buenas y en las malas.
A veces es como tu hermano mayor, es para ti muchísimo más que una persona cualquiera; lo admiras por su forma de ser y pensar. Ha cambiado tu vida sin saberlo, te ha enseñado muchas cosas y es para ti alguien muy grande.
En él ves cómo te gustaría ser; un escalofrío te recorre junto a un subidón de adrenalina cada vez que lo ves o lo escuchas. 
Simplemente lo es todo.

Son solo recuerdos del pasado.

Echo de menos llamarte por teléfono y pasar horas hablando, contándonos penas y alegrías, compartiendo secretos y risas. Echo de menos cuando te decía que me agobiaban los exámenes y tú me decías: 'Tú puedes y los vas a aprobar todos.' Echo de menos cuando me decías: 'Esta noche seguro que ligas.' Echo de menos cuando me decías que yo era especial, que era rara pero que me querías. Echo de menos cuando me susurrabas: 'preciosa, preciosa, preciosa.' Echo de menos abrazarte, sonreirnos, mirarnos, picarnos. Echo de menos darte el follón, meterme contigo, recordarte lo que vales, escuchar tus consejos, tu voz...

Echo de menos cada puto detalle.

Una sola persona no puede mantener algo que es cosa de dos.

Sé perfectamente cuáles son mis defectos.

Sé que soy egoísta, envidiosa, caprichosa, impaciente, que cuando estoy de mal humor no hay quién me hable y otros muchos defectos más que no perderé el tiempo en nombrar, puesto que tú los conoces bien.

Pero ¿sabes una cosa? Si hay algo de mí que deberías valorar es que contigo nunca he sido así, que no me costaba ser un poco mejor persona contigo, me salía solo. 

Siempre estuve ahí para escuchar lo que me quisieras decir, para aconsejarte y para reir y llorar contigo. Lo que hiciera falta. Siempre.

Porque eso es lo que hacen los mejores amigos, se apoyan en las buenas y en las malas aunque haya km de por medio, porque un mejor amigo hace lo imposible por ver al otro, por hablar con él.

Teníamos una relación especial, rozaba la perfección.

Pero ahora me doy cuenta de que todo era una ilusión que poco a poco se desvanece, que las promesas que hiciste y a las que me aferré con fuerza y esperanza, ya no son más que palabras que el viento se llevó, que están en el olvido para ti y que yo quiero olvidar.

Estoy convencida que nadie te quiere de la forma en que te quiero yo, que para nadie eres tan especial, que los momentos que hemos pasado son únicos, y me duele saber que no se van a repetir, que todo se nos va a la mierda. Me duele saber que ya no merezco ni un solo minuto de tu tiempo, que ya no soy nadie, o al menos nadie importante; que cuando sabes que las cosas van realmente mal intentas arreglarlas y te quedas en un simple intento, no luchas. 

Pero si tuviera que elegir qué es lo que más duele de todo diría que es ver como tu mejor amigo se convierte en un extraño.

Sentir que te ahogas allí donde has crecido.

Quiero salir de aquí, escapar a un lugar donde la gente va a su bola, sin meterse en la vida de los demás.
Un lugar donde no te miran mal por ser "diferente" a ellos. Un lugar donde haya cosas que hacer, donde siempre haya algún rincón por descubrir.
Quiero irme allí donde la gente tiene vida propia y no se mete en la tuya, donde no inventan ni critican. Donde respetan. Quiero ir allí donde hay diversidad.
A un sitio donde no todos te conocen, donde no te señalen.
Sentirme libre, sentir que si quiero estar sola puedo y donde tener algo diferente que hacer cada día.
Quiero ir por la calle imaginando la vida de las personas con las que me cruzo, admirando todo. Quiero ir por la calle y simplemente disfrutar.

Los pasillos del instituto.

¿Te ha pasado alguna vez que ves todos los días a una persona que no conoces de nada pero que te encantaría conocer?

Nos cruzamos por los pasillos y te sonrío. Ni si quiera sé si te has dado cuenta de ese detalle, de que siempre me quedo mirándote. Sé que me ves, nuestras miradas se han cruzado alguna vez. Despiertas interés en mí, es algo muy extraño, al menos para mí, nunca me había pasado nada parecido. Quisiera saber si a ti también te pasa, si yo también te despierto esa curiosidad, si notas lo mismo que yo en el ambiente cuando nos cruzamos. Sé que fantaseo demasiado, no espero nada, solo conocerte, saber por qué pasa esto, qué tienes.
Y cada día pienso qué podría hacer para conocerte, para poder hablar contigo, y se me pasan cien ideas por la cabeza y ninguna me parece buena. Y me pregunto: si me pasa a mí esto cuando te veo, ¿también te sucede a ti lo mismo?

Si quieres que me vaya, solo pídemelo. Pero no me pidas que te olvide.

Conforme pasan los días me doy cuenta de todo lo que hemos pasado y solo de recordar cada momento a tu lado se me eriza la piel. No sé si fue el destino, si fue una simple casualidad, no me importa si quiera. Pero fuera lo que fuera lo que unió nuestros caminos le estoy eternamente agradecida.
Podría odiar el hecho de conocerte por todas las lágrimas derramadas pero... Pero a quién pretendo engañar, no, no puedo odiar el conocerte porque es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo.
Porque me ha proporcionado momentos inolvidables que guardo con cariño en un rincón de mi corazón. Porque por más que quiera alejarme de ti no puedo, aun sabiendo que podría ser la solución a muchos problemas, aunque sé que es lo mejor para ti no puedo. Siempre he querido y siempre querré lo mejor para ti, pero si eso implica tener que alejarme no soy capaz, no si tú no me lo pides. Porque lo que me une a ti es más fuerte que cualquier temporal.
No, un temporal, una mala racha no es capaz de separarme de ti. Nuestra amistad a veces se me asemeja a un edificio cuyas obras han sido detenidas. Está ahí, expuesto al sol, la lluvia, el viento y las tormentas y es solo una simple estructura sin nada que lo proteja de todo eso, y con el paso del tiempo va pareciendo cada vez más una ruina, pero sigue en pie.
Yo no pienso tener que vagar por mi corazón para visitar los recuerdos de lo que es una ruina, no lo voy a permitir. Y lucharé contra viento y marea para que nuestra amistad supere al rascacielos más alto del mundo. Porque sé que soy capaz, porque siempre quise algo por luchar y tú me has otorgado motivos suficientes como para luchar por esto.
Las palabras me dan igual, me da igual lo que digan o piensen los demás porque esto depende de nosotros, y a los demás que les jodan, porque no le hacemos daño a nadie, porque seguro que ellos no conocen la sensación tan maravillosa que es encontrar alguien que encaja tan bien contigo.
Porque yo necesito alguien a quien contarle todo, alguien que cuando me vea mal, me diga: "smile, you are beautiful." Necesito alguien con quien reir y llorar, alguien a quien me muera de ganas por ver, alguien a quien picar, alguien con quien vivir miles de momentos más, alguien a quien emocionar con cada una de estas palabras y ese alguien eres tú. Lo quieras o no ese alguien eres tú.
Te dije una vez que te merecías lo mejor y que era la tonta que más te quería, que siempre estaría ahí y que podías contar conmigo para todo, y lo sigo manteniendo.
Porque nuestra amistad significa mucho más de lo que cualquiera pueda si quiera imaginar.

No pienso rendirme. Dime que lucharás conmigo.

Era todo perfecto, todo era como una película, como un sueño. Me hiciste sentir como nadie más. Cuando estaba contigo lo demás no importaba.
Miraba tu sonrisa, te miraba a los ojos, te abrazaba y me invadía un sentimiento de paz y felicidad inigualable.
No soportaba dejarte ir. Te hubiese secuestrado cada vez que tenías que irte, porque todo el tiempo del mundo, contigo se me queda corto.
Eras una necesidad, el analgésico a mis problemas, mi vía de escape de este jodido mundo.
Eras a la vez una droga, cuanto más tiempo pasaba contigo y cuanto más a menudo te veía, más te necesitaba. Supongo que me convertí en algo así como una yonki de ti.
Cuando hablaba contigo todas las noches hasta las tantas, me dormía con una sonrisa inconsciente, dormía con más facilidad, todo era más fácil.
¿Pero cuándo cambiaron las cosas? Ni si quiera recuerdo el momento exacto en que todo empezó a torcerse. Esto empezó a ser una montaña rusa.
Cada vez hablábamos menos, cuando mejor estábamos siempre pasaba algo que hacía que las cosas se torcieran. Parecía que el destino se hubiese puesto en nuestra contra.
Y aquí estoy ahora, agotada de tanto llorar porque no entiendes que necesito verte y abrazarte. Porque me duele en el alma que antepongas lo que piensen los demás antes que estar conmigo, porque no quiero asumir que todo ha cambiado.

Anoche, después de la pelea más gorda que recuerdo, estuve llorando en mi cama, abrazada a la almohada, y mientras las lágrimas brotaban de mis ojos y recorrían lentamente mis mejillas recordé todo lo que hemos pasado. Recordé cada uno de los momentos que estuve contigo, recordé que hace una año, no habría estado llorando, habríamos estado hablado y riendo. Y me dí cuenta de que esta mierda no puede derrotarnos, que nosotros somos más fuertes y nada ni nadie puede separarnos. Porque tú y yo somos especiales, porque tenemos una conexión única.

El abrazo perfecto.

Tus abrazos se han convertido en una necesidad para mí.
Porque cuando te abrazo, siento mil cosas a la vez, y las siento de una manera tan especial que no podría sentirlas de ninguna otra forma.
Son como una medicina, una evasión, una vía de escape.
¿Has sentido alguna vez que al abrazar a alguien desaparece todo? Tus problemas se esfuman, el tiempo se para y la gente desaparece.
Cuando te abrazo siento que me proteges, que nada malo podría pasarme, siento que me quieres, que te importo y que no permitirás que nada nos separe. Siento que soy especial.
Es una cosa tan maravillosa y extraña a la vez, que no encuentro las palabras exactas para describirlo. Es muy difícil expresar todo lo que siento con un solo abrazo tuyo, solo con eso consigues más que muchas gente con miles de palabras amables.
Si estoy triste me alegras, si me siento débil me fortaleces, si tengo miedo me das seguridad.
¿Sabes? Me pasaría toda la vida abrazada a ti.

Cierro los ojos y comienzo a soñar.

Y sueño mi futuro.
Y sueño que grabo películas, que me convierto en una actriz de renombre, que viajo, que tengo fans, que me  doy baños de flashes.
Y me veo pisando la alfombra roja, con preciosos vestidos. Y sueño mi casa de lujo, y sueño que en ella estás tú, haciéndome feliz, amándome.
Sueño que no soy alguien con quien la gente se conforma sino alguien con quien todos quisieran estar, sueño ser un modelo a seguir.
Sueño lograr grandes cosas, cumplir mis espectativas y las de medio mundo más.
Sueño ver mi cara en las revistas, tener una estantería repleta de galardones. Sueño poder meterme en la piel de cualquier personaje.
Sueño que hago reir y llorar a la gente, sueño que pongo los pelos de gallina con cada actuación.
Sueño que despierto sentimientos en la gente.
Y fíjate, que por soñar, sueño hasta que luchando, mis sueños se hacen realidad.

Puedo prometerte todo, pero déjame que intente cumplir mis promesas.

No, quizás yo no pueda enamorarte por mi belleza, quizás tampoco por mi sociabilidad, pero te prometo que podría enamorarte con pequeños detalles de esos que salen del corazón.
Porque te prometo que contigo cada sonrisa sería sincera, saldría del alma. Te prometo que haría lo imposible por hacerte sentir bien, por hacerte feliz.
Que llenaría cada lugar en el que estuviéramos de recuerdos para ti, haría que en cada rincón se respirase felicidad.
Te prometo que conmigo no tendrías que fingir, podrías ser tú mismo sin miedo a qué pudiera pensar de ti; porque cuando te diga que te quiero, te lo diré de verdad, porque si te digo que te quiero, eso implica que te quiero con cada uno de tus defectos.
Te prometo que nunca te aburrirás conmigo, prometo sorprenderte.
Prometo escucharte, ayudarte, acariciarte, besarte, tranquilizarte, reconfortarte, hacerte sentir bien cuando lo necesites, y prometo saber cuando lo necesitas.
Prometo intentar ser lo que tú quieres y necesitas.

Todo esto y mucho más.

Quiero ser especial, especial de verdad.
Que si a las demás les dices 'guapa' a mi me digas 'preciosa.'
Ser tu princesa y que te esfuerces porque todo sea como un cuento, quiero que al mirarme a los ojos puedas ver cosas que nadie más ve.
Quiero que hasta mis defectos te gusten, que me hagas rabiar para luego callarme con un beso. Que me asustes abrazándome por detrás, que me beses el cuello.
Que duermas abrazado a mi y me despiertes con un 'buenos días, princesa.'
Quiero que cuando una chica se te acerque para ligar tú me señales y le digas: '¿Ves esa chica de ahí? Pues la única quiero, lo mejor de mi vida.'
Joder, lo que yo quiero es vivir cosas inolvidables junto a ti, cumplir mis deseos contigo. Quiero que las demás se mueran de envidia. Que todas te quieran y que tú solo me quieras a mi.
Que no me escondas a tus amigos, que les hables de mi orgulloso.
Que hagas la primera vez especial, que me cuides y protejas hasta en ese momento.
Quiero discutir y que nuestras peleas acaben con un polvo.
Despertarme una mañana a tu lado, ponerme tu camiseta, levantarme y que cuando te despiertes, me lleves de nuevo a la cama y me quites la camiseta.
Quiero que nos queramos como nadie se ha querido.

Los minutos de antes.

Y ahí estáis, tus compañeras y tú, a falta de unos minutos para salir al escenario. Termina la actuación anterior, aplaudís, se cierra el telón. Toca salir a colocarse.

Pero esos minutos antes son todo un torbellino de emociones y sentimientos que se mezclan en el ambiente.
Gritos, emoción, deseos, ansias, nervios que se manifiestan de mil formas diferentes.
Y cuando ya estás en el escenario, cuando la actuación está a punto de empezar todo explota. Seguridad, fuerza, pasión, sensualidad, sentimiento, emoción, complicidad, alegría, felicidad, entusiasmo, concentración, energía...
Son tantas emociones para las que no existe descripción exacta, en tan poco tiempo. Y es que no hay palabras para describirlo. Porque eso, eso es solo algo que siente quien de verdad lo lleva dentro, en la sangre, las venas, el corazón, en el alma, dentro, muy dentro de tu ser.

Por todo lo que significa, lucharé.

Eras uno más, solo empezaste como eso. Eras otro de tantos chicos que conocía, otro de tantos chicos amables y simpáticos. Una de esas personas que dices "es mi amigo" pero no es un amigo de los de verdad, recuerdo que al principio me parecías un poco chulo, eras otro chico más.

Pasó el tiempo y cuando lo pienso sigo quedándome asombrada de cuánto han cambiado las cosas en solo un año. Que de ser nada eres casi todo para mi. Siempre te he dicho que nunca llegarás a saber cuán importante eres en mi vida, y es que eso no lo puedo explicar con palabras.
Eres ese amigo especial, que me ayuda, me defiende, me quiere, me cuida y me hace reir.
Nuestra relación no puede pretender entenderla la gente que no tiene una igual, porque no solo somos amigos, a la vez somos como hermanos y a veces hasta parecemos novios.

Aun me acuerdo de la primera vez que te vi, en la verja de mi instituto, sonreí a pesar de que aun no éramos todo lo que hoy somos, no tuve vergüenza, contigo yo era diferente, siempre lo he sido. Recuerdo tu llamada cuando estaba en el hospital, creo que aun no me habían operado, pero escuchar tu voz me dio fuerzas y seguridad, me hizo sonreir en el sitio donde he pasado los días más duros de mi vida.
También me acuerdo de mi cumpleaños, cuando me dijiste que no podías venir y luego apareciste por sorpresa. O ese día en que me llamaste para decirme que te abriera la puerta de mi casa.
Me acuerdo de esa noche en la que te dije que eras mi mejor amigo y tú me lo dijiste a mi. Recuerdo esa noche en la que me dijiste que nada ni nadie te separaría de mi, porque a nadie querrías de la forma que me quieres a mi. Y también me acuerdo de cuando me confesaste que al principio de todo intentaste ligar conmigo. Recuerdo todo lo que tengo que recordar. Tu 27 de marzo, ese día en que naciste y por el que tengo que dar gracias, porque tú has hecho que este último año todo haya sido más fácil.
Porque sé que confías en mi, que confías en que soy lista y en que tengo cualidades y que puedo hacer todo lo que quiera. Porque las noches que lo último que escucho es tu voz son mucho mejores. Porque tenemos sueños, promesas y cosas que vivir.

Carta a un sueño.

Te presentaste en mi vida de la noche a la mañana, y fue porque se dieron las condiciones propicias para ello.
Te asentaste en mi mente, mi alma y mi corazón y te adueñaste de mi ser. Te haces ver lejano, inalcanzable y en ocasiones, efímero. Pero sé que si estás en mi es porque algún día serás mío. Por ti he tomado las decisiones más importantes que la vida me ha presentado, es como si tú decidieras por mi, y has decidido que luche.
Me haces fuerte, haces que no me importe lo que diga la gente y que no me importen los obstáculos del camino, un camino que me has mostrado tú.
Un camino por el que voy caminando, con paso lento pero constante, esquivando o superando baches, sacando las piedras que se meten en mis zapatos. A veces me he caído y he pensado desistir, pero entonces he alzado la mirada, mirando al frente y he visto la lejana meta que se ve. Y allí estás tú, resplandeciente, dándome fuerzas. Y ahora, cada vez que caigo, hago eso, miro al frente y con las lejanas fuerzas que me mandas, me levanto y sigo, llena de energía, alegría, de ganas de llegar a ti.

Promesas rotas, sueños incumplidos.

Me prometiste estar ahí para siempre, creo que no entiendes el significado de esa palabra.
He creído todas y cada una de tus promesas, de la primera a la última y mientras yo las creía con esperanzas, tú las ibas rompiendo sin dejar viva ni una. Ahora tus promesas ya no tienen credibilidad.
Eres plenamente consciente de lo importante que eres para mi, y no has sabido aperciarlo. Porque ¿sabes? Sé que no soy la mejor persona del mundo, sé que tengo miles de defectos y que soy muy insoportable, pero a pesar de todo eso, a pesar de lo dura o pasota que a veces pueda parecer, tengo un corazón y tengo unos sentimientos, y soy muy frágil. Y no creo que me merezca esto.
No hay derecho a que tus amigas me digan que hablas maravillas de mi y luego no lo demuestres, no hay derecho a que me cambies por la primera que se te presenta, porque siempre te he dicho que tú vales más.
Pero quizás no sea verdad, quizás me demostraste ser una persona que en realidad no eres. No lo sé, ya no sé qué pensar. Ya no sé qué parte de esto es verdad y qué parte es solo una horrible pesadilla.
El lugar que tenías en mi corazón te lo ganaste a pulso, con cada palabra y con cada acto, y ahora te estás ganando a pulso todo lo contrario.

Yo siempre he querido restarle importancia a todo, me convencía a mi misma de que esto era pasajero, de que tarde o temprano las cosas volverían a ser como antes, de que por un mejor amigo hay que aguantar esto, que merece la pena. Pero ya está bien, porque no me parece justo estar tragando, hundida en la mierda por ti, mientras tú disfrutas y eres feliz. Tal vez necesites probar tu propia medicina, o tal vez no. Quién sabe, si creía conocerte tanto como a mi y resulta que estaba equivocada.
Y recuerda: no solo me has traicionado y decepcionado a mi, has traicionado todas tus palabras, te has traicionado a ti mismo y has tirado por tierra todo lo que un día dijiste.

Tengo cuatro mil doscientos veintisiete defectos.

Sí, todos esos y quizás alguno más.
Soy cabezona y orgullosa y casi nunca pido perdón, yo soy más de arreglar las cosas a mi manera. Soy celosa, me contengo pero lo soy. No me gusta ver como prestas más atención a otras que a mi. Me gusta ser el centro, no lo voy a negar.
Soy tímida, vergonzosa, hasta que cojo confianza. Soy una enfadica, renegona y tengo mucho carácter.
Puedo ser la más estúpida del mundo, pero si quiero, puedo sacar a relucir mi lado más tierno y ganarte. Tengo mala leche.
¿Paciencia? Yo no sé qué significa eso y lo de la fuerza de voluntad tampoco lo llevo bien.
Gandula y perezosa soy como yo sola. Algo pesada también.
Defiendo lo que de verdad me importa con uñas y dientes, sin importarme nada. A veces me voy de la lengua con la sinceridad y le hago daño a las personas que de verdad me importan.
Puedo ser algo tonta a veces, caprichosa y si quiero borde como nadie. Tengo mala memoria, pésima y solo me tomo interés por las cosas cuando a mi me importan. Me rio por nada, y me sale esa risilla tonta que no puedo controlas y que puede poner de los nervios a cualquiera.
Me dan venazos, puedo estar tan tranquila y de repente ponerme a cantar como una loca o darme un bajón del quince.
Pero ¿sabes? A pesar de mis muchos defectos, tengo unas cuantas virtudes por ahí que los contrarrestan, y ten por seguro que nunca, nadie, te va a querer tanto como te quiero yo.

Gracias a Melendi.

Esta tarde me he dado cuenta de que personas que no se conocen de nada pueden unirse para lograr un propósito común. Sí, somos nosotros, esa gran familia con un padre en común, a nosotros nos gusta llamarnos "Guerreros".
La mayoría no nos hemos visto en nuestra vida y aun así, tenemos un sentimiento fortísimo que nos une.
Hemos aprendido miles de cosas gracias a él, lecciones que no se aprenden ni en el colegio, ni en el instituto ni en la universidad:
Que se puede llorar de alegría, que la vida da muchas vueltas, que las apariencias engañan, que los errores forman parte de la vida y nos hacen ser quienes somos, que vivimos en una zoociedad, que somos su mejor equipaje, ya no lloramos por el dolor, queremos saber de que color es el viento y vivir en la Calle la Pantomima. Con solo una sonrisa nuestra cabeza se ha vuelto loca, no tenemos noticias de Holanda, estamos locos, borrachos y perdidos. Sabemos que existen los Premios Pinocho, tenemos prioridades, sabemos que el caballo la mató, vamos por la vida sin complejos ni temores, hemos dado besos hasta en los huesos y tenemos una vena averiada en el corazón. Aunque nos corten las alas no volamos porque no hay nada más dulce que su veneno, no damos importancia a lo que dice la gente porque aprendemos más de lo vivido, hablamos en plata y soñamos en oro, hemos vuelto a traficar, sabemos que la navidad es un invento del Corte Inglés y que Marco es un canalla. Luchamos por pequeñas cosas, sabemos que la verdad se encuentra en nuestros corazones y también sabemos lo que hicisteis el último verano, tenemos asumido que nunca llueve a gusto de todos, nos hemos creído lo increíble, tenemos los cojones de un tamaño que va acorde al de nuestro corazón y queremos ser el vicio inconfesable de alguien...

Joder, podría hacer una lista inmensa de todas estas cosas que nos unen, y todo por qué, porque él es una persona maravillosa, con un corazón que no le cabe en el pecho y que con su música nos ha unido a todos bajo un mismo sentimiento, un sentimiento inexplicable. Gracias Melendi, siempre serás eterno.

No fue una casualidad, fue el destino.

Cómo podría empezar a decirte lo especial que eres en mi vida, si formas parte de ella desde que existo. Porque sigo pensando que ese 13 de noviembre no es una casualidad.
Siempre has estado a mi lado, en los peores momentos tú has sido mi punto de apoyo. Eres esa que lo sabe todo de mi, soy esa que lo sabe todo de ti.
Hemos reído y llorado, cantado, jugado, saltado...Hemos vivido, hemos vivido juntas.
Mientras la vida nos iba machacando, enseñándonos cosas y dándonos alegrías nosotras estábamos juntas para compartir cada momento, y si no lo estábamos, seríamos las primeras en saberlo.
Nos hemos confesado secretos que nadie más sabe.
Nuestros momentos felices, de decir tonterías, son cosas que siempre vamos a recordar, que van a formar parte de nuestras vidas siempre, sin embargo, de los momentos malos yo ni me acuerdo.
Porque eres un pilar de mi vida, que sin ti, nada habría sido igual.
Porque nunca nos hemos juzgado, porque han sido 15 años y van a ser muchos más.

No hay mejor sensación.

Créeme que si estás enamorado lo sabrás.
Cuando le ves te entra algo por la barriga que te sube a la garganta, no puedes evitar reirte e incluso decir tonterías, no pareces tú. Intentas llamar su atención sin que se note.
Las miradas furtivas se convierten en algo habitual. Ves a la otra persona perfecta: sus ojos, su sonrisa, sus gestos, sus palabras...
Deseas ver a esa persona y que te vea, que se de cuenta de que estás ahí, de que existes.
Es decirle adiós y ya le echas de menos, quisieras pasar las 24 horas de cada día junto a ese alguien especial, y sabes que aun así no te cansarías nunca.
A su alrededor todo se ve de otra manera, una manera mejor, y si no estás a su lado, no paras de pensar en esa persona, todo te recuerda a ella.
Es como estar en una nube, es estar feliz pase lo que pase, confiar ciegamente...Pero también es sufrir, sufrir si no te hace caso, si tú no eres su todo.

Tú, eres especial. D.

Todo empezó como una broma. Nos presentó mi mejor amiga, bueno, nos conocimos por messenger y luego empezamos a hablar por tuenti.
Quisiste ser simpático y hablar conmigo, nunca voy a olvidarlo, si no fuera por eso quizás hoy no seríamos lo que somos.
Aun recuerdo el juego de las preguntas, una yo, una tú; así fue como nos conocimos. Tras muchas conversaciones lo sabíamos todo el uno del otro.
También recuerdo esa noche de verano en la que te dije que eras mi mejor amigo, y cuando nos vimos por primera vez.
Empezamos a hablar por las noches, horas y horas diciendo tonterías y debatiendo cosas serias, no nos callábamos nada, había confianza de sobra.
Nos ayudábamos mutuamente en todo lo que necesitábamos, éramos inseparables. O eso creía yo...

Te convertiste en lo más especial de mi vida. Necesitaba hablar contigo todos los días.
Ahora las cosas han cambiado, ya a duras penas nos vemos y casi no hablamos, menos aun en comparación a como era todo antes. ¿Te acuerdas? En mi cumpleaños, cuando viniste por sorpresa. O aquel día que sin venir a cuento me llamaste diciendo que te abriera la puerta, y allí estabas tú, en la puerta de mi casa, sonriendo como un tonto. Esas eran mis mejores tardes, con esas locuras tuyas me hacías feliz.

Y...¿Sabes una cosa? Todo ha cambiado, ambos lo sabemos, pero eso no va a impedir que deje de quererte, porque aunque ya no estés ahí siempre que te necesito, aunque ya nunca tengas tiempo para mi, eres lo más grande.
Me has sacado sonrisas en los peores momentos; me has escuchado y comprendido siempre; me has soportado...
No te puedo decir todo esto que siento, es como... Como que no puedo estar sin ti, te has convertido en algo necesario en mi vida, ya no la imagino sin ti. ¿A quién vacilaría e insultaría? ¿Con quién me desahogaría? ¿A quién le diría todas esas cosas que solo te digo a ti?

Asúmelo, eres genial, eres especial. Vales mucho, muchísimo. Te mereces lo mejor, y confío en que todo esto pase, y lo olvidaré todo. Porque te quiero, porque no hay nadie como tú y porque te has ganado a pulso todo esto y mucho más.

Tengo un plan.

Un plan para nosotros.

Estaremos un tiempo conociéndonos y quedándonos asombrados de la cantidad de cosas que tenemos en común. Hablaremos todos los días y un día decidirás llamarme.
Poco a poco las llamadas por la noche se irán convirtiendo en algo habitual, y la noche que no hablemos no será igual.
Lentamente nos iremos dando cuenta de que el uno no puede estar sin el otro, la alegría que nos dará el vernos será inexplicable.
Llegará un momento en el que tengamos tantísima confianza que nos lo contaremos todo, incluso las cosas del pasado.
Pasaremos algunas épocas duras en las que los dos lloremos, pero seremos fuertes y lo superaremos. Entonces sabremos que estamos listos para cualquier cosa.

Cuando yo esté sola en mi habitación y piense en ti, lo haré de una manera diferente, y acabaré dándome cuenta de que posiblemente esté enamorada, pero no querré asumirlo. Seguiremos como amigos.

Por tú parte...yo no sé lo que sentirás tú, pero mi plan es que te pase más o menos lo mismo. Estarás con tus amigos y les hablaras de mi con una sonrisa orgullosa, pensarás en mi más de lo que solías hacerlo y empezaras a plantearte nuevas posibilidades, pero te entrará el miedo. Seguiremos como amigos.

Un buen día estaremos los dos solos, teniendo esas conversaciones que solo tenemos el uno con el otro y de repente no sabremos qué decir. Nos quedaremos sonriendo y mirándonos y entonces pasará: uno de los dos se lanzará y besará al otro. A la mierda la amistad, hay que arriesgarse, nosotros sabemos superar todos los obstáculos.

Hip-Hop

Una cultura, una forma de vida, eso es lo que es el Hip-Hop.
Es la cultura de la calle, eso debería darnos que pensar.
Apenas se nada sobre ello, pero sé lo justo y necesario como para saber que me encanta.

Su música, el RAP...
¿Sabes que es el RAP? Es esa música que te dice las verdades que nadie más se atreve a decirte.
Esa música que describe exactamente, con pelos y señales, lo que piensas y lo que sientes.
Esa música que te ayuda a relajarte, a desahogarte.
Esa música que te hace recobrar la esperanza en la humanidad.
Esa música que te hace sentir que no estás solo, que como tú hay miles de personas.
Esa música que te da la libertad de expresarte como quieras.
Esa música que es mucho más que música, es actitud.

El Graffitti...
No es pintura, no.
No son cuatro manchones de pintura en un fondo blanco.
Tampoco es un retrato con perfectas proporciones que sigue un canon de belleza ideal.
Es una pintura improvisada en una pared, hecha simplemente con unos botes de spray.
Una pintura que puede ser una simple frase que dice más que el discurso más largo del presidente.
Una pintura que puede ser un dibujo perfectamente realizado que también esconde un mensaje.
Sobre todo, una pintura que es arte, no bandalismo.

El Break...
¿Qué decir del break?
Es un estilo de baile, que como todos los demás expresa y transmite muchas cosas.
Un baile que requiere fuerza, entrenamiento y sacrificio.
Un baile que representa una actitud.
Un baile que se puede bailar en cualquier sitio.
Un baile que demuestra todo lo que una persona puede hacer, movimientos alucinantes.

El Skate...
A penas tengo palabras para decir algo sobre el skate, si con solo ver lo que una persona hace a partir de una tabla con cuatro ruedecillas el skate habla solo.
Me encantaría estar en la piel de un skater, saber lo que se siente al ver que estás en el aire, que tu tabla está girando mientras tu vuelas por unos instantes.
Debe ser como surfear por la ciudad.