Música.

domingo, 27 de mayo de 2012

Promesas rotas, sueños incumplidos.

Me prometiste estar ahí para siempre, creo que no entiendes el significado de esa palabra.
He creído todas y cada una de tus promesas, de la primera a la última y mientras yo las creía con esperanzas, tú las ibas rompiendo sin dejar viva ni una. Ahora tus promesas ya no tienen credibilidad.
Eres plenamente consciente de lo importante que eres para mi, y no has sabido aperciarlo. Porque ¿sabes? Sé que no soy la mejor persona del mundo, sé que tengo miles de defectos y que soy muy insoportable, pero a pesar de todo eso, a pesar de lo dura o pasota que a veces pueda parecer, tengo un corazón y tengo unos sentimientos, y soy muy frágil. Y no creo que me merezca esto.
No hay derecho a que tus amigas me digan que hablas maravillas de mi y luego no lo demuestres, no hay derecho a que me cambies por la primera que se te presenta, porque siempre te he dicho que tú vales más.
Pero quizás no sea verdad, quizás me demostraste ser una persona que en realidad no eres. No lo sé, ya no sé qué pensar. Ya no sé qué parte de esto es verdad y qué parte es solo una horrible pesadilla.
El lugar que tenías en mi corazón te lo ganaste a pulso, con cada palabra y con cada acto, y ahora te estás ganando a pulso todo lo contrario.

Yo siempre he querido restarle importancia a todo, me convencía a mi misma de que esto era pasajero, de que tarde o temprano las cosas volverían a ser como antes, de que por un mejor amigo hay que aguantar esto, que merece la pena. Pero ya está bien, porque no me parece justo estar tragando, hundida en la mierda por ti, mientras tú disfrutas y eres feliz. Tal vez necesites probar tu propia medicina, o tal vez no. Quién sabe, si creía conocerte tanto como a mi y resulta que estaba equivocada.
Y recuerda: no solo me has traicionado y decepcionado a mi, has traicionado todas tus palabras, te has traicionado a ti mismo y has tirado por tierra todo lo que un día dijiste.

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