Música.

domingo, 23 de junio de 2013

Para ser feliz, hay que ser fuerte.

Debemos de ser conscientes de que solo tenemos esta vida, esta vida para poder ser felices, y no sabes de cuánto tiempo vas a disponer para conseguirlo; por eso, desde el mismo momento en que empiece a estar en tu mano el ser feliz, tienes que luchar por conseguirlo, cueste lo que cueste.
Ser feliz nunca es fácil, sufres, y es posible que hagas sufrir también a las personas que te rodean, personas a las que quieres, pero cuando se trata de tu felicidad eso tiene que dar igual; sí, llámalo ser egoísta pero es la verdad. Las personas no están toda tu vida, la felicidad sí.
Piensa que si no luchas por ser feliz puedes pasar 80 años recordándote a ti mismo que tuviste la oportunidad y no lo hiciste, que no luchaste, deprimido porque tu vida no es la vida que quieres y porque en su día no tuviste el valor de aventurarte a ser feliz.
Por eso, créeme que el mejor consejo que alguien te puede dar en tu vida, sea quien sea la persona que te lo de, es que hay que luchar por lo que quieres, por ser feliz, por muy duro que sea, porque merece la pena.

domingo, 9 de junio de 2013

No dejes que esta sociedad te cambie.

Yo de pequeña era esa niña rara, "friki" me llamaban algunos, que solo tenía una amiga; recuerdo que cuando ella no iba a clase me pasaba el día sola, el recreo sola... Recuerdo que los niños se metían conmigo, que me costaba mucho hablar con la gente...
Sí, siempre fui una niña rara, me costó mucho empezar a hacer amigas, y a pesar de que con los años lo iba consiguiendo, seguía siendo rarita a ojos de los demás. Yo quería hacer lo posible por ser como las niñas de mi clase que se llevaban bien con los niños, que siempre tenían alguien con quien jugar, que parecían tener una vida que a mis infantiles ojos era estupenda.
Pero me fui haciendo mayor, la vida me fue enseñando cosas y por fin aprendí la lección más importante: que yo soy yo, así, tal y como me ves, que quizás mi apariencia te engañe, pero que esto es lo que hay y quien me quiera me tiene que querer así; la vida me enseñó que yo no tengo que cambiar por nadie, que no me serviría de nada fingir ser otra persona para tener más amigos, porque a fin de cuentas, esos no serían mis amigos, sino los amigos de una persona inventada, que en realidad no existe. Que no quiero vivir en una mentira, que no hay nada como poder decir lo que piensas, dar tu opinión, ser tú mismo. Que por muy raro que seas, siempre habrá personas que te quieran y te sepan apreciar, y vale que no es fácil encontrar a esas personas, pero créeme que cuando las encuentres, habrá valido la pena esperar.