Música.

viernes, 25 de mayo de 2012

Tengo cuatro mil doscientos veintisiete defectos.

Sí, todos esos y quizás alguno más.
Soy cabezona y orgullosa y casi nunca pido perdón, yo soy más de arreglar las cosas a mi manera. Soy celosa, me contengo pero lo soy. No me gusta ver como prestas más atención a otras que a mi. Me gusta ser el centro, no lo voy a negar.
Soy tímida, vergonzosa, hasta que cojo confianza. Soy una enfadica, renegona y tengo mucho carácter.
Puedo ser la más estúpida del mundo, pero si quiero, puedo sacar a relucir mi lado más tierno y ganarte. Tengo mala leche.
¿Paciencia? Yo no sé qué significa eso y lo de la fuerza de voluntad tampoco lo llevo bien.
Gandula y perezosa soy como yo sola. Algo pesada también.
Defiendo lo que de verdad me importa con uñas y dientes, sin importarme nada. A veces me voy de la lengua con la sinceridad y le hago daño a las personas que de verdad me importan.
Puedo ser algo tonta a veces, caprichosa y si quiero borde como nadie. Tengo mala memoria, pésima y solo me tomo interés por las cosas cuando a mi me importan. Me rio por nada, y me sale esa risilla tonta que no puedo controlas y que puede poner de los nervios a cualquiera.
Me dan venazos, puedo estar tan tranquila y de repente ponerme a cantar como una loca o darme un bajón del quince.
Pero ¿sabes? A pesar de mis muchos defectos, tengo unas cuantas virtudes por ahí que los contrarrestan, y ten por seguro que nunca, nadie, te va a querer tanto como te quiero yo.

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