Simplemente es tu ídolo.

Un ídolo es algo que quien no lo tiene no entenderá jamás.
Un ídolo se convierte en una de las principales razones para vivir. Sabes que no te conoce, que quizás ni si quiera sepa de tu existencia y aun así te sientes especial cuando habla sobre sus fans, porque sabes que tú estas en ese grupo y que eres de los mejores fans que puede tener.
Odias a cada persona que lo insulta y le tomas manía a todo aquel que dice ser su fan solo por moda.
Tu sueño es conocerlo, darle las gracias por todo lo que significa para ti y abrazarlo. Sabes que entonces serás feliz.
Sus palabras te transmiten un conjunto de sensaciones inolvidables. Cada detalle suyo te gusta más que el anterior; sabes todo sobre él y deseas su felicidad por encima de otras muchas cosas.
Te hace llorar y reir, soñar.
Sabes que mucha gente no verá normal ese sentimiento tan fuerte hacia una persona a la que no conoces en persona, puede que digan que es locura, obsesión... Pero ¿y qué más da? Tú sientes como si lo conocieras de toda la vida. No lo tienes al lado pero te ayuda más que muchas personas de tu alrededor, es algo tan grande, que por mucho que quisieras no podrías alcanzar a describir.

Tu ídolo se convierte en algo más que un apoyo, consigue hacerte sonreir cuando todo va mal y es capaz de convertir un día malo en uno bueno.
Tu ídolo es la luz en la oscuridad, la luz en los días de sombras. Quizás también la sombra en los días en los que hay demasiada luz. Es tu complemento, ese ingrediente que buscas en muchos momentos y que siempre encuentras con él.
Tu ídolo es quien siempre está ahí para alegrarte cuando nadie más lo está.
Tu ídolo es esa medicina efectiva que en los días grises te ayuda y te mejora los días rosas.
Es quien siempre te apoya, en las buenas y en las malas.
A veces es como tu hermano mayor, es para ti muchísimo más que una persona cualquiera; lo admiras por su forma de ser y pensar. Ha cambiado tu vida sin saberlo, te ha enseñado muchas cosas y es para ti alguien muy grande.
En él ves cómo te gustaría ser; un escalofrío te recorre junto a un subidón de adrenalina cada vez que lo ves o lo escuchas. 
Simplemente lo es todo.